El primer JUEVES PIOLA
Generalmente nuestras noches de domingo a miércoles pasan entre fogatas y algunas reuniones caseras; mientras que los viernes y sábado las noches de disco no se perdonan, pero es día jueves y las promociones de Costa Madero suenan atractivas para empezar a encender el fin de semana que se acerca "¿Vamos a Costa Madero? Es gratis y hay tragos dos por uno hasta la 1...Piola". "Ya, hagamos un jueves piola. Habrá poca gente y entre dos podemos comprar trago, bailamos un rato y después nos venimos.Ok". Así nace el JUEVES PIOLA.
La primera vez fuimos Team Peuño en pleno junto a nuestros amigos Caco, Coke, Gordo y la Lore. Llegamos y la pista está vacía, vamos al bar; personalmente me decido por un "Vodka Naranja" y ¡A bailar!. Al rato pasa la hora tope del "Dos por uno" pero el primer vodka ha sido suficiente para que ya no importe el precio del segundo. Estamos bailando en la pista. Poco a poco las distancias entre nosotros ya no son tan claras y entre giro y giro el recinto parece tardar en volver a su lugar. Para ser jueves está bastante entretenido. De pronto Sandra se me acerca y me hace un comentario al oído. Desaparezco mucho rato. Cuando vuelvo ya es hora de irnos y el equilibrio ya no es característica de ninguno. "Jany ¿Y tú donde estabas?". " En el baño". "Mentira, nosotras fuimos y tú no estabas". "Si estaba, es que estaba llorando escondida y levanté los pies para que no me vieran". "¿Quéee?" no pueden evitar reírse a pesar de que mis ojos comienzan a hincharse. "¿Y que te pasó?". "Es que la Sandra me dijo (eso no lo sabrán) y me dio peeeenaa ¡buaa!. Me siento mal" (Pucheros otra vez). En fin, ya pasó y ahora nos vamos al Camping, a estas alturas no podría precisar cómo supimos que el resto de Curanipe estaba ahí pero sé que para allá vamos.
Con un poco de esfuerzo salimos de la parte de atrás de la camioneta donde iba junto a Coke y la Maca y no sé cómo ni por qué todos nos separamos para llegar al Camping. Si consideramos que andabamos juntos y que íbamos al mismo lugar, en esto momentos que intento aclarar imágenes no entiendo por qué Maca y yo caminabamos por "la costanera" mientras que Claudia y Sandra se encontraban con los "Tíos Carabineros" por otro lado. "Uhhh, ¡Los pacos!. Hazte la sobria". "Buenas noches señorita". "Buenas tardes" contesta la Bruja mientras intenta mantener el equilibrio, aunque si hubiese dicho "Buenas noches" considerando la presencia de luna en vez de sol habría sido bastante más coherente.
"Jany, bájate los pantalones". "¡No quiero!" respondo entre pucheros."Jany ¡Bájate los pantalones!" No piensen mal, soy pequeña y suelo usar los pantalones un tanto largos por lo que los mojé en la parte baja y decidí arremangarlos para no embarrarlos. "Jany, vamos a llegar al camping y tú vas con los pantalones arriba". "¿Y que tiene?, están mojados ¿No entiendes? no quiero, no quiero, no quiero y no quiero". "Jany, están todos allá y no te ves bien con los pantalones así, todos te van a ver". "Mmmmmm....ok" y así de simple los pantalones vuelven a su lugar. Talla y figura hasta la sepultura. Con los años mis amigas ya conocen de "Psicología de Janis".
Llegamos a la fogata y definitivamente el equilibrio tampoco es característica del resto de mis amigos. Mi pena de esta noche no sale de mi cabeza y no logro conectarme con el resto. Me voy. Camino unos minutos y la soledad del lugar y el sonido de viento entre los árboles me infunden algo de temor. "¡Ay!, Jany ¿Por qué tan jugosa?" Saco mi celular y reviso el directorio para encontrar un salvador, en eso me doy cuenta que uno de mis amigos me ha seguido. "¿Que estás haciendo aquí?" me pregunta cuando se da cuenta de que noto su presencia. "¿Y tú?, ¿Qué haces acá? Bueno, no importa, está bien, ya me daba miedo el silencio. Es que tengo pena y me quería ir a Santiago, no quiero estar aquí, pero me equivoqué de dirección porque llegué a la playa". Obvio que debí imaginarlo. "90 grados" me diría mi amiga Maida "Jany sabemos que siempre te equivocas 90 grados. Si querías ir al norte era obvio que terminarías caminado hacia el oeste". "¿Y te ibas a ir caminando a Santiago?". "Sí, ¿por qué?. Noto lo ridículo de mi respuesta teniendo en cuenta que tendría que caminar cerca de 500 kilometros pero finjo no darle importancia. "¿Acompañame a la playa entonces? Ya no me quiero ir. Pero no me preguntes por qué estoy triste", creo que en ese momento asimilé que el camino sería largo y no tenía provisiones para tal peregrinación. "Bueno, vamos". Obviamente no respetó el acuerdo y me preguntó más de 10 veces el por qué de mi pena pero me no hay caso, estaba decidida a no decirlo. Al final terminamos comentando su vida sentimental y mi tristeza pasa a segundo plano para darle más de un consejo de esos que siempre sirven en el resto pero que nunca puedo seguir yo misma. "Es que yo creo que tienen que conversar, mira mañana en la disco la agarrai y le dices todo lo que piensas, si yo creo que ella también tiene cosas que hablar contigo, la comunicación es la base de todo, ¡hip!". Y así pasan las horas hasta que suena mi celular. "Jany ¿Dónde estás?, nos vamos a la casa". "Ok, nos encontramos en la entrada del camping". "¿Y con quién estabas?. "Con nadie" miento para evitar supuestos equívocos. Sé cómo piensan mi amigos, después le contaría los detalles las niñas. "Chika ¿Y tú donde estábas que no llegaste al camping". "En la casa de los Liños. Me hicieron un agüita porque me sentía muy mal". "Ahhh"
Y así termina nuestra noche de jueves piola, todas, sin excepción alguna, con la mirada perdida y con un deplorable y escaso equilibrio. La noche fue extraña. Por mi parte sólo puedo hacerme responsable de mi ausencia pero no fue la única. De esa aventura seguro hay más que contar, así como del resto de nuestros Jueves Piolas, porque si bien éste fue el primero no sería el único. De todas maneras, gracias a nuestros leales amigos que cuidaron de cada una de nosotras esa noche, aunque el tiempo haría que les devolviésemos la mano en más de una ocasión pero Para eso estamos ¿o no?.