enero 01, 2017

Fue un Feliz Año. Que sea un Año Feliz.

Años atrás llegaba a los últimos días del año con la tarea ineludible de hacer el balance anual. Requería concretar visualmente los logros obtenidos, los miedos y momentos difíciles, los deseos cumplidos e incumplidos. Necesitaba saber que el paso de un año a otro lo recibía con algún grado de evolución y aprendizaje. Quizás, un poco inconscientemente, funcionaba como una propia cábala para que durante el año que comenzaba sucedieran cosas buenas, sorpresas gratas. Sorpresas. Por sobre todo, sorpresas milagrosas.

Hoy recibo este 2017 con una descarga tan grande de ansiedad. Hoy, más que esperar sorpresas milagrosas tiendo a confiar en que si me mantengo avanzando, empujando hacia adelante, trabajando en las inspiraciones, disfrutando la vida y levantándome cada vez que ésta se me quede en pausa. Si tan sólo mantengo la fe, todo lo demás está hecho, está resuelto, y de la forma más perfecta. Hoy siento que tener fe es saber que nunca se camina a solas, que la vida trabaja enlazando experiencias de forma precisa y que mi mayor trabajo es saber cuándo y cómo vivirlas.

Esta vez, al mirar el año que se va, no siento que deba dejar atrás ninguna de las experiencias vividas, al contrario, las agradezco. Me han dado una linda vida. Este año que se va me ha hecho más hábil y más fuerte de formas que no pensé que desarrollaría, de formas que sólo imaginé lejanamente alguna vez, formas sutiles, formas concretas. Ha sido un año más que me ha llevado a mis caminos de libertad, eso que siempre quise aunque no supiese exactamente qué era.

Hoy, cuando no siento que deba dejar atrás algo malo es cuando entiendo que todo ha sido válido y certero.

De este 2017 tengo algunas ideas concretas. Entonces también recuerdo cómo he intentado tantas veces hacer las peticiones precisas para no dejar lugar a interpretaciones erróneas del Universo pero supongo que el Universo, o Dios, o la Vida, tienen la habilidad claramente desarrollada por completo para la labor que decidan ejecutar. Por mi parte, converso un tanto sobre mi ideas, mis entusiasmos, mis emociones viscerales, mis suspiros suspendidos y los sueños de mis exhalaciones satisfechas; y entonces creo que este año será la continuación de esta gran aventura en este mundo, en esta vida.

Esta vez estoy más ansiosa de todo lo que habrá sucedido en el transcurso de un año y, en la vulnerabilidad del ser humano, sólo le pido que esté lista para comprender y sobrepasar los sucesos que no vayan acorde a mis deseos y que las experiencias siempre me lleven a una instancia más de felicidad en crecimiento.

Fue un Feliz 2016.
2017 espero que también nos llevemos bien.
Que el propósito siempre sea la Plenitud.


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