julio 26, 2010

Y ese fue Vic...

Cuando conocí a Vic no tengo idea en qué momento de mi vida estaba. Es que hoy me parece que esa vida hubiese sido otra.
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"A veces uno se enamora porque está justo en el instante de hacerlo. Si con la misma persona te hubieses encontrado en otro momento, es probable que no hubiesen llegado a la segunda cita ". Palabras de un buen amigo que con el tiempo se han quedado grabadas en mi mente.
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Ya ni sé si me importa qué pasó con Vic el tiempo que estuvimos juntos. Parece que fue hace tanto que ya no sé si tiene importancia alguna. Incluso esa enamorada loca, partner, impulsiva, intensa, demandante y ocultamente asustada, no me parece que fuese yo.
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Escondiendo a mí misma lo obvio en favor de un objetivo que quise creer que era de dos.
"Incompatibles" decía él para explicar el por qué de nuestros desencuentros, "Estamos juntos porque nos queremos" agregaba después, "todo lo demás está en contra, Ale".
Yo creo simplemente que fue falta de comunicación, de madurez, de respeto, de objetivos, de querer y de mil etcéteras que no vale la pena mencionar.
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Me gusta creer que en algún momento coincidimos, aunque fuese un par de días o unos segundos al abrazarnos, al reír, al tomar nuestras manos al dormir.
Me gusta creer que su beso pausado en mi frente en mitad de la noche era un indicio de eso, de un sentir. A veces creo que ni él tenía real conciencia de cuando lo hacía y quizás nunca se dio cuenta que yo despertaba con una sonrisa, porque siempre fingí seguir durmiendo.
Durante ese tiempo lo instalé en el centro de mi pecho, de mi vida, de todo. Hoy, creo que eso fue un error de "exceso"... pero qué va... ¿Cómo se puede querer accionando el freno? ... no vale la pena arrancar del amor... (algunos debieran asumir eso), sólo hay que aprender a vivirlo.
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Cuando te enamoras y entregas el corazón, nunca, nunca vuelves a ser la misma.
A veces aún me acuerdo de Vic sin darme cuenta, como hoy. A veces creo que es porque a él se le ha cruzado un recuerdo mío en medio del día... o de la noche, no sé. Por supuesto, lo más probable es que sea sólo porque lo recuerdo pero ¿Importa acaso ya el por qué? No creo, cuando eso pasa le dedico un sonrisa por los buenos momentos y ya, porque claro que los hubo.
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Íbamos a estar juntos hasta cumplir ochenta años, así me dijo la última vez que nos atrevimos a intentar.
Hoy, si miro atrás, apenas sé cómo pudimos hacer algo juntos y ya no estoy segura de poder debatir su teoría de "incompatibilidades".
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A veces lo extraño. Al comienzo, después de lograr superar el tiempo de odiarlo, lo extrañé mucho a él aunque el dolor que selló la separación lograba que esos momentos duraran poco. Con el tiempo, extraño lo que ya no volverá, aquella imperfecta y absolutamente ilusa manera de amar, de soñar, de creer, de confiar. Y es que es cierto, cuando te entregas al amor, jamás vuelves a ser la misma, para mal y también para bien.
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Sé que volveré a enamorarme, y sé que lo haré mucho más que aquella vez. Cuando sea el momento así será, lo sé.
En este tiempo he conocido tipos interesantes, y alguno que otro gratamente me ha hecho sentir un temblor en las piernas, una sonrisa nerviosa y la intriga de mirar qué más hay en sus vidas.
Hay cosas que se me han dado con menos dificultad; sin embargo, ahora evito regalar aquella enamorada quijotesca. Más bien, intento reservarla a quién la sepa encontrar.
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En aquel tiempo juntos yo apenas soportaba ya la incercia en que había dejado mi vida.
En estas últimas semanas, saqué todo estado de inercia.
Hoy mi mañana es incierto, no sé dónde iré a parar pero siento que eso me da la oportunidad de estar donde yo quiera... y me encanta.
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Renuncié a mi pega, no porque ya no me agradara, sino porque mi lugar ya no estaba ahí. Globos de helio.
Ahora estoy lista para poner mis globos de helio. Ideales son lo único que día a día comienzan a aclarar, y al recordar aquella relación, hoy me parece que el tiempo y la vida suelen ser crueles pero altamente sabios, esto habría sido más difícil con una relación de no entender, de no compartir.
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En aquel entonces, yo quería nuestros ochenta años, compartir vidas, sueños... lo quería todo.
Hoy no sé qué haría con todo ello. No sé qué haría con alguien que quería que lo llevara a la luna pero que se quedaba en tierra cuando yo iba.
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Libertad, libertad, libertad. Y no hablo de libertad de una relación porque Vic nunca intentó siquiera prohibirme algo, no me habría enamorado si hubiese sido así.
Libertad de soñar, libertad de movimiento, libertad de expresión, libertad de ser, libertad de pedir, libertad de abandonar... eso tengo hoy.
Libertad de desear... aún me falta pero bueno... ninguna civilización se formó en un día... y tampoco lo ha hecho persona alguna que yo sepa.
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"Te pido que no escribas de mí" me dijo a las semanas de comenzar. Y en general así lo hice. Entonces, prácticamente dejé de escribir. Con el tiempo, me di cuenta que muchas veces tmbién dejé de decir, aunque seguro eso él nunca lo creería porque para mí el silencio verbal no daba siempre total resultado. A los meses del término, cuando logré decirle lo último que me quedaba dentro, recuerdo que mi frase terminó en algo así como "...tenía que decirte eso",la de él fue "por supuesto, sino no serías tú".
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Hoy puedo escribir porque ya no pertence a un nosotros, sino a una (ahora) linda etapa de mi vida que ya fué, y que a pesar de los desencuentros, se quedó en el baúl de los recuerdos como uno de los amores que me di la oportunidad de tener.
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Hoy mis días son tan diferentes y tan míos...
Recorrer Santiago en bicicleta como hace tantos años no hacía y como creí que aún tanto odiaba.
Tejer y tejer y tejer... ya me parezco a la Tita en Como agua para chocolate... ya me pondré a cocinar también.
El taller de Orfebrería en Calera de Tango, que quizás termine siendo mi nuevo oficio.
El nuevo arrendatario de la pieza chica y la reestructuración de rutinas que eso significa.
La pequeña Lua que me ha llevado de regreso a la casa familiar.
La búsqueda de trabajo en mi área profesional.
Los ideales y las utopías que se forman y transforman día a día.
Y por supuesto... los viajes porque obviamente ¡Ya tengo pasajes en mano a nuevo destino!
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Y así, mientras mi dia a veces es todo y otras nada, esta noche fría duermo con mi Pastora en los pies esperando que mañana nuevamente salga el sol y me tenga un nuevo día de aventuras... Y sí, puedo decir que aunque a veces desespero por la incertidumbre y la falta de fé, hoy soy feliz... feliz porque el camino lo escogí yo, feliz porque soñar es ahora, feliz porque equivocarse ya está permitido, feliz porque vivir es hoy... y quién sabe, si entre tanto ir y venir, sin darme cuenta, me encuentre de frente con algunos de estos tipos interesantes que descubra a aquella enamorada quijotesca que por estos días tiene su merecido descanso.
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Buenas noches... y noches buenas vengan para todos..
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Y a tí, mi pasado amor... como siempre, mi abrazo y mis deseos de que todo resulte bien
(aunque sería bueno que pasen muchos años antes de saber de tus éxitos. Por ahora, prefiero estar conciente sólo de los míos)