La Mujer del Mar
El nombre en sí lo adopté en Curanipe, la costumbre...creo que desde siempre.
Claro, ahí fue más evidente. Las noches de fogata y de pronto, la Ale ya no está.
El asunto resulta bastante rutinario, mientras mis amiguitos se empinan uno y otro vaso viene paulatinamente la hora del jugo máximo, obvio que me río mucho con ellos, en realidad más de ellos, pero mientras su estado dura horas y horas, yo me río un poco y luego el efecto de un vaso en mi mano, la mirada fija en la fogata y el viento frío de la noche me lleva a otro mundo, mi mente empieza a vagar fugazmente, las emociones también, vuelvo hacía mí, todo es tan simple y es tan fácil soñar. Busco llenar el vaso y en un segundo ya no estoy, me he ido directo a la orilla del mar. Si alguien estuviese ahí en ese momento podría oir cómo hablo sola en voz alta, claro eso es difícil porque siempre me preocupo de que nadie me sorprenda en ese momento, pero ha sucedido. Me siento en la orilla, respiro y hablo de mis sueños, de lo que quiero, de aquello que realmente quiero alcanzar...doy gracias, siempre doy gracias por estar nuevamente ahí, doy gracias por mil cosas y casi nunca bebo el vaso que me llevo, sólo un poco, casi siempre es para cuando vuelvo, a no ser que alguien llegue a hacerme compañía porque ahí seguro viene un par de ¡Salud!.
Siempre desaparezco unos minutos, siempre, y mis amigas saben que si no me ven, sólo tienen que mirar directo hacia la playa y siempre me encuentran ahí "¿Y la Ale?", "Adivina" responde otra, "Ah, La mujer del Mar otra vez" Sí porque lo más probable es que llegue con mis pies mojados, mientras todo el mundo se congela, yo aparezco con mis piececillos de niña pálidos y húmedos (y eso que soy morena) "Ale, otra vez te mojaste los pies, sécate que te vas a resfríar", "¿Por qué tan jugosa, amiga?" dirá otra, pero es que no lo puedo evitar, es más fuerte que yo, es una exquisita sensación, es mi momento de libertad, vuelvo a tener 5 años, y lo mismo pasa en un lago o en un río, aunque claro el mar tiene esa fuerza e ímpetu del oleaje que me fascina. "Es mi propia alma" me he escuchado decir más de alguna vez y es que sí, yo soy así, a veces tranquila, amable, juguetona y otras, temperamental, impulsiva, un poco loca y desquiciada. Con el tiempo ellas han logrado entenderme, creo, o por lo menos me han sorprendido unpar de veces con la pregunta "Ale ¿No quieres ir al mar? Yo te acompaño".
Y así estoy ahora, extrañando mi Mujer del Mar, extrañando esa exquisita sensación y esa claridad al soñar y saber qué es lo que quiero, no sé por qué acá me cuesta tanto ver las cosas, todo se me enreda y se confunde.
Hace unas horas quise abrir el blog para comunicar, o comunicarme, no sé, que dejaba de escribir por tiempo indefinido. No les digo que soy temperamental. Es que últimamente no estoy satisfecha con mi manera de escibir, siento que siempre falta algo más, que no me sincero por completo y como esta es "Mi Vida en una Botella" eso no cuenta, porque si yo no me sincero conmigo ¿Cómo? Todo mal...y trabajo y me resulta inercia, no estoy creativa y tampoco estoy satisfecha con eso, y bailo y siento que no avanzo, que soy mecánica y que dejé la emoción...y sólo falta poco más de un mes para el estreno y me enojo y me da rabia y busco actuar de mis emociones y no las encuentro y me vuelvo mecánica para todo...y no sé ser mecánica y por eso desespero.
En fin, mis desvaríos otra vez...pero ya saben, si desaparezco unos días es porque me fui en busca de mi mujer del mar, fui a preguntarle si se quedó con mis emociones...y la extraño tanto que a veces creo que pronto haré un loco.
Claro, ahí fue más evidente. Las noches de fogata y de pronto, la Ale ya no está.
El asunto resulta bastante rutinario, mientras mis amiguitos se empinan uno y otro vaso viene paulatinamente la hora del jugo máximo, obvio que me río mucho con ellos, en realidad más de ellos, pero mientras su estado dura horas y horas, yo me río un poco y luego el efecto de un vaso en mi mano, la mirada fija en la fogata y el viento frío de la noche me lleva a otro mundo, mi mente empieza a vagar fugazmente, las emociones también, vuelvo hacía mí, todo es tan simple y es tan fácil soñar. Busco llenar el vaso y en un segundo ya no estoy, me he ido directo a la orilla del mar. Si alguien estuviese ahí en ese momento podría oir cómo hablo sola en voz alta, claro eso es difícil porque siempre me preocupo de que nadie me sorprenda en ese momento, pero ha sucedido. Me siento en la orilla, respiro y hablo de mis sueños, de lo que quiero, de aquello que realmente quiero alcanzar...doy gracias, siempre doy gracias por estar nuevamente ahí, doy gracias por mil cosas y casi nunca bebo el vaso que me llevo, sólo un poco, casi siempre es para cuando vuelvo, a no ser que alguien llegue a hacerme compañía porque ahí seguro viene un par de ¡Salud!.
Siempre desaparezco unos minutos, siempre, y mis amigas saben que si no me ven, sólo tienen que mirar directo hacia la playa y siempre me encuentran ahí "¿Y la Ale?", "Adivina" responde otra, "Ah, La mujer del Mar otra vez" Sí porque lo más probable es que llegue con mis pies mojados, mientras todo el mundo se congela, yo aparezco con mis piececillos de niña pálidos y húmedos (y eso que soy morena) "Ale, otra vez te mojaste los pies, sécate que te vas a resfríar", "¿Por qué tan jugosa, amiga?" dirá otra, pero es que no lo puedo evitar, es más fuerte que yo, es una exquisita sensación, es mi momento de libertad, vuelvo a tener 5 años, y lo mismo pasa en un lago o en un río, aunque claro el mar tiene esa fuerza e ímpetu del oleaje que me fascina. "Es mi propia alma" me he escuchado decir más de alguna vez y es que sí, yo soy así, a veces tranquila, amable, juguetona y otras, temperamental, impulsiva, un poco loca y desquiciada. Con el tiempo ellas han logrado entenderme, creo, o por lo menos me han sorprendido unpar de veces con la pregunta "Ale ¿No quieres ir al mar? Yo te acompaño".
Y así estoy ahora, extrañando mi Mujer del Mar, extrañando esa exquisita sensación y esa claridad al soñar y saber qué es lo que quiero, no sé por qué acá me cuesta tanto ver las cosas, todo se me enreda y se confunde.
Hace unas horas quise abrir el blog para comunicar, o comunicarme, no sé, que dejaba de escribir por tiempo indefinido. No les digo que soy temperamental. Es que últimamente no estoy satisfecha con mi manera de escibir, siento que siempre falta algo más, que no me sincero por completo y como esta es "Mi Vida en una Botella" eso no cuenta, porque si yo no me sincero conmigo ¿Cómo? Todo mal...y trabajo y me resulta inercia, no estoy creativa y tampoco estoy satisfecha con eso, y bailo y siento que no avanzo, que soy mecánica y que dejé la emoción...y sólo falta poco más de un mes para el estreno y me enojo y me da rabia y busco actuar de mis emociones y no las encuentro y me vuelvo mecánica para todo...y no sé ser mecánica y por eso desespero.
En fin, mis desvaríos otra vez...pero ya saben, si desaparezco unos días es porque me fui en busca de mi mujer del mar, fui a preguntarle si se quedó con mis emociones...y la extraño tanto que a veces creo que pronto haré un loco.
4 La Conversación
Yo me acuerdo de chico estar metido horas dentro del mar haciendo bodyboard..me gustaba..claro, nada pa que me dijeran el hombre del mar..pero me gustaba mucho el mar..es choro.
Como van las manos heladas?
Un beso.-
Chere, Chere: ¿viste que eres Buitre?
Ale: Tú también desapareces.Que buenos recuerdo tengo de Curanipe, Chanco y Pelluhue. Al lado de Cauquenes, tierra de mi padre...
Un abrazo
Tanto tiempo que no paso por aquí, en realidad por ninguna parte.
El mar......... me encanta, me ENCANTA, a veces uno se olvida de qué significa esa palabra realmente. Junto al mar, es para muchos, el lugar donde se vienen las reflexiones... es como una especie de espejo quizás. O quizás uno va escribiendo en la imaginación en el mar, y al estar frente a él, te encuentras con tu bitácora...
Que pena, yo lo veo tan pocas veces; una vez al año o ninguna. No soy así de arrebatada de ir cuando siento que tengo que ir.
Yo creo que deberías darte el espacio e ir, para aclarar tus pensamientos :)
Muchos saludos
CHERE, la verdad es un poco contradictorio, casi nunca me meto al mar, me da susto, pero me encanta jugar en la orilla, claro casi siempre lo hago como a las 2 de la mañana jajajaa.
MARCEL, ¿También en esas tierras? Las adoro, realmente estoy encantada con ellas, justamente por estos dias estoy intentando un panorama paraescapar allá unos días...ojalá resulte.
DARKANGEL, sí, necesito arrancarme unos días, estuve a punto de hacerlo hoy, pero no...otra vez me quedé :S
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