Agradecimientos Varios

Septiembre del 2001, con la Flaca nos vamos a San Gregorio a pasar las Fiestas Patrias. ¡No hay nada mejor que pasar el 18 en el campo! Más si es en el sur, con esas ramadas donde después de tanto bailar llegábamos a casa con barro hasta la cintura porque el sólo hecho de entrar a ella, después de un día de lluvia, es una aventura. Todo genial excepto por un detalle, soy la típica santiaguina que no cacha ni media de bailar cueca. ¡Ahhh no! En la U hay un Taller de Bailes Folclóricos Chilenos, llegando a Santiago entro de una y el próximo año vuelvo con pañuelo en mano.

Así llegué al Departamento de Cultura, así conocí al profe Edagardo, con el único fin de aprender a dar un par de zapateos y no zapatazos y por fin entender qué miércale me querían decir con el famoso 8 inicial.

El taller superó con creces todas mis expectativas, fue un respiro, un oasis entre las clases de física, cálculo y álgebra. Repetí el taller el semestre siguiente y el siguiente y los dos o tres siguientes. Descubrí que podía mover los pies en otra parte y en otro ritmo que no fuera el de las discos de Pelluhue y Curanipe, descubrí que me gustaba el folclor. Claro nunca volví a San Gregorio para el "18", pero las clases del taller me sirvieron en Curanipe para que el animador de la Fonda terminara gritando por micrófono "¡Pero miren cómo baila esa morena!" y para encontrarle el verdadero sentido de coquetería que tiene jajajaja (El que sabe, sabe)

Ya ni sé que año postulé por primera vez al Ballet Folclórico de la Usach, todo porque el profe Edgardo insistió, pero al poco tiempo desistí, volví a postular y volví a retirarme. Entre las clases de la U, el trabajo y reuniones de Cecades, mi incursión en el Taller de Montaña y los muchos "etc", el ballet no era una prioridad, hasta ahora. Terminaron mis ciclos, ya no hay más clases, sólo la tesis, los cerros los subo cuando hay tiempo, mientras el clima acompañe, y de pronto, Bafusach es prioridad entre tanto "etc."

Soy distraída por esencia, volada al máximo, olvido casi todo con facilidad y si a eso le agregamos mi inseguridad y timidez...¡Sí, soy tímida! (Aunque nunca me creen eso...¡Es que trato de disimularlo!) Bueno, la cosa es que así, aprenderme tanto baile y coreografía no fue nada sencillo, por eso agradezco en especial al Profe Edgardo y a la Caro que han creído en mí antes que yo misma pensara siquiera en tenerme fe; al profe Carlos que entre reto y reto tuvo que tener una paciencia enorme porque con frecuencia me encontraba en la luna; a mis compañeros en general que siempre han tenido una excelente disposición; a las correcciones e inspiración de los más antiguos, a Karen que pese a la poca comunicación me ha hecho sentir su apoyo con crítica y motivación; al ánimo y amistad de las "Huachis", niñas son únicas, ¡Pensé que sólo mis amigas podían ser así de eléctricas!...¡A propósito! Gracias a mis amigotas que me esperaron pacientemente para nuestras juntaciones de viernes, aún cuando me trataron de perna porque me iba a ensayar en vez de ir a hacer unos "¡Salud!" más temprano jajajaa.

Para muchos esta fue sólo una función más, ya llevan años en esto, pero para mí fue la primera, espero que de muchas y mejores, fue comprometerme con algo y terminarlo...¡Eso ya es mucho decir!

Aqui entre nos, había decidido dejar el ballet hasta terminar la tesis pero creo que vale la pena más esfuerzo y mejor organización para continuar con lo que ya comencé, así que, compañeros, nos vemos el miércoles.

Y obviamente gracias a la gente blogger que dieron ánimos y compatieron con sus líneas estos momentos. Para quienes no pudieron ir, o no sabían, o bien, después de ver las imágenes se entusiasmaron, paciencia que ya vendrán más funciones. No se arrepentirán.