abril 18, 2006

IV. Cucao - Chacao

Viene de: Castro- Cucao.

"Oye Ale, baja de ahí, te vas a caer". La subida al mirador era espléndida pero sólo logré subir el primer tramo, ya eran las 7 de la mañana y sabía que el equilibrio no era mi fuerte para llegar al final. "¡Guau! Tengo que volver mañana. ¿Has visto esta subida? ¡Hay que escalarla!". "No loca, yo bajé una vez por ahí y ni te cuento cómo llegué, es muy pelúo". Así terminó mi última noche en Cucao, sin poder realizar la escalada al mirador que se encontraba sobre el camping.

Obviamente después de nuestra larga y agitada noche, no partimos temprano. Eran más de las cinco de la tarde cuando llamamos a la lancha para que nos pasara a buscar, el día estaba feísimo y ya comenzaba a llover. Nos pusimos nuestras capas de agua y el último dinero que nos quedaba, sólo para pagar la micro de regreso a Castro donde el salvador Cajero Automático auspiciaría el resto del viaje.

"¿Qué? ¿¿Cómo que no hay micros a Castro??" Ahí estábamos, tirados, sin dinero para poder pagar una noche más de camping y con una lluvia que no permitiría que nos quedásemos en cualquier lugar. Compramos un par de empanadas e intentamos decidir qué hacer. No sé cuánto tiempo estuvimos ahí hasta que divisamos la primera micro "¡Ahí viene!" pero ni siquiera intentó detenerse, venía repleta y ya varios mochileros se habían reunido cerca a nosotros, sólo alcanzamos a oír "Viene una más". "Ok, caminemos...si nos quedamos acá jamás nos va a parar, tendremos que caminar para pasar a toda la gente". Nos pusimos en marcha de inmediato. Creo que caminamos cerca de dos horas bajo la lluvia. Con la partida de Alexis tuvimos que repartir el peso de la carpa y a mí me tocó llevar las varillas. Mi carpa es bastante grande y ¡Cresta! esas varillas sí que pesaban al caminar, además, la lluvia que caía sobre nuestros rostros no facilitaba nuestra marcha. Tras un largo trecho encontramos un grupo de mochileros que claramente esperaban la micro. "Hola, ¿Han visto pasar la micro?" (La cosa es que la micro pasa hasta el final y luego se devuleve a recoger a la gente que va a Castro) "Sí, pasó por acá pero tiene que volver, mejor esperenla aquí o se devuelven medio kilómetro y se toman un café mientras llega", "¿Qué hacemos?" pregunta la Flaca. Obviamente la cordialidad de nuestros colegas de mochila era una estrategia para hacernos volver y tomar ellos la micro antes que nosotros, a esas alturas todo vale. "Mmm...no sé...a mí me dió mucho frío quedarme parada, estoy toda mojada, creo que prefiero caminar" respondo tratando de no parecer desesperada por avanzar más que ellos. "Ok, entonces caminemos un poquito más". Y empieza la carrera, apenas habíamos avanzado poco más de 10 metros cuando la Flaca voltea "¡Vienen atrás! ¡Apúrense que son muchos y se pusieron a caminar!" Ahora al peso y a la lluvia se le agregaba, más encima, la carrera por llegar primero. Caminamos, caminamos y por fin, apareció...era la micro.

Cuando subimos no había más de ocho personas pero diez minutos después, la micro ya se había llenado. Al pasar por el punto inicial de nuestra marcha el chofer ni siquiera hizo el ademán de detenerse, había demasiados mochileros y ya no quedaba espacio. ¡Uf! por lo menos la caminata tuvo su recompensa.

Llegamos a Castro cerca de las 21.00 hrs y aún debíamos llegar a Dalcahue para pasar la noche. La última micro salía a las 21.15 así que Fran y la Flaca tuvieron que correr para alcanzar a encontrar un Cajero. Por suerte volvieron justo en el momento en que la micro salía del terminal.

¡Por fin en Dalchaue! Ahora había que encontrar alojamiento, hicimos un par de consultas y conseguimos un dato a poco más de una cuadra de donde nos encontrábamos. En eso comienza a llover nuevamente. Con gran apuro y por $1000 la noche armamos nuestra carpa en tiempo record, cambio de ropa, una sopita caliente y por fin pudimos descansar.

Al día siguiente recorrimos Dalcahue y cruzamos a la Isla Quinchao para por fin, poder conocer el pueblo de Achao donde se encuentra la Iglesía más antigua de Chiloé.

Ya llevábamos casi 2 semanas de viaje y la Chikis, que inicialmente iba por máximo 7 días aún seguía con nosotros. "Mmm.. a ver, si llegamos hoy a Chacao y mañana a Puerto Montt, ahí puedo tomar un bus hasta Cauquenes y después a Curanipe...pero eso es mañana ¿Para qué estresarme ahora? Mejor me estreso mañana. Eso es algo que aprendí en este viaje, contigo". ¿Quéeee? ¡He creado un monstruo! fue lo primero que pensé, ¿Dónde quedó mi amiga temerosa?.

Partímos rumbo a Chacao. Una vez en la carretera empezó el show de hacer dedo otra vez. No habían pasado diez minutos cuando aparecen 3 mochileros, 2 mujeres y un hombre; ya era tarde y hacía bastante frío, saludamos y la Flaca los mira con su cara de ogro recordándoles que deben respetar los códigos de mochileros y situarse varios metros después que nosotros por llegar después. Ellos comprenden inmeditamente el mensaje y comienzan a caminar, a lo lejos vemos que se detienen y una de las niñas se saca la chaqueta. "¡Mírenla, quedó en puro peto y salta como mono a los camiones para que los lleven!" y nosotras ahí, abrigadas hasta los dientes. Obviamente la estrategia les resultó y se fueron antes. "Ya Ale, sácate la chaqueta y muestra la mercancía", "¿Quéee? ¿Por qué yo? Ustedes son más delgaditas, tiran más pinta", "Por lo mismo, a los camioneros les interesa la carne y tú eres la que tiene dos mejores razones para que nos paren", "Nooo, yo no quiero, hace mucho frío ¿Y si después quieren cobrar la oferta?..Ya, pero la pura chaqueta, ni ca´me saco el chaleco, me congelo, además es harto escotado así que igual sirve".


Ahí estuvimos parados un rato más hasta que por fin se detuvo una camioneta que nos dejo tirados otra vez en Palomar.

Ya comenzaba a oscurecer así que tuvimos que tomar bus no más, llegamos a Chacao de noche y acampamos exactamente en el mismo lugar que la vez anterior.

Continúa...

4 La Conversación

Blogger Ale Morena dijo...

Pepet, no creas, ni siquiera nosotros mismos sabemos de qué somos capaces o si no pregúntenle a mi amiga Chikis, esta experiencia realmente fue nueva para ella, creía que a los 3 días escaparía corriendo pero no, se quedó 2 semanas completas y al final tenía más energía que todos nosotros juntos.

Daniella, nunca pero nuuunca es tarde! Chiloé es super mágico para recorrerlo y conocer su gente y sus costumbres. El primer viaje que hice hasta allá tenía sólo 5 añitos, mis papás agarraron auto y partimos al sur...lejos ha sido mi mejor experiencia.

4/20/2006 5:44 p.m.  
Blogger LaRomané dijo...

Aunque fui scout nunca me pasó vivir tantos abatares como a ti.
Ahora ni loca me atrevería a ahcer un viaje como mochilera, me acostumbré a las comodidades de un mullido colchón.
En todo caso, reconozco que lo vivido y lo bailado valió la pena.

Gracias por la visita y nos leemos.

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LaRomané

4/22/2006 8:11 p.m.  
Blogger Natho47 dijo...

Me recordé de mis vacaciones en esos lugares sin plata y este año con mi familión.
Gran belleza y lindos recuerdos.

4/23/2006 3:24 p.m.  
Blogger Ale Morena dijo...

Romané,sé que más tarde o más temprano también terminaré por acostumbrarme a la comididad pero por el momento intento retrasar ese día lo que más pueda. Tenemos la esperanza de hacer un próximo viaje a Machu y creo que será de los últimos que realice en esta aventurera modalidad...y sobre las experiencia...uf! harta historia pa´los nietos jajaa.

Doc, que gusto encontrarlo por aquí ¿Cómo está Erika?.
Mi familia está en vías de construir casa en el sur así que las próximas vacaciones por allá también serán apatotadas en familia.

4/23/2006 3:57 p.m.  

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