febrero 20, 2009

Una deuda menos

Este viaje ha sido extraño, medio loco quizás.

Durante el transcurso del 2008 se me ocurrió que debía realizar uhn viaje sola. Decidí que era algo que me debía en la vida y que algún día cumpliría. Busqué destinos y decidí que el sur de Argentina sería el lugar, quería conocer Bariloche, La Comarca y Bolsón, sí, igual que el Señor de los Anillos. Algún día tomaría mi mochila y el suficiente valor para viajar sola. Algún día estaría allá.

La vida es loca, loca y caprichosa, cuando crees que has aprendido suficiente y piensas que estás listo para el paso siguiente, desordena todo como un huracán trayendo consigo aquello para lo que no estás preparado. Así, sin darme cuenta, de pronto ya no hubo más planes en soledad.

Pero como la vida es loca y caprichosa, tres días después de tener en el bolsillo los días de viaje entre dos y las fantasías de nuevos lugares juntos, me encuentro frente a la pantalla de mi pc diciéndo a una de mis hadas "Acepto...voy", con los bolsillos llenos de viajes de par partidos en pedazos, con el alma dolida, con el corazón des-ilusionado; sin rencores pero con profundo dolor, así me voy, sin un peso y sin consciencia de qué hago.


Han pasado dos semanas desde entonces, el viaje a Bolivia al cual me uní comenzaba el 14 de febrero, el mío comenzó el 10. Sin siquiera imaginarlo me encontré tomando un avión a Copiapó y topándome con las comparsas de la Fiesta de la Candelaria, luego pasando la noche en un bus rumbo a Antofagasta donde conocí a don Elmes, un indigente que me habló durante una hora de politica, de amor, de fé; encontrándome con esas hadas que no dudan en tenderme una mano, fotografiándome con artistas en el Festival de Antofagasta y disfrutando de fuegos artificiales en el Aniversario de la ciudad; viajando nuevamente hacia San Pedro de Atacama, metida entremedio de geyser y lagunas de sal; uniéndome al grupo de las chicas para partir rumbo a Bolivia, cruzando en un jeep el desierto altiplánico por medio de salares, lagunas, termas, geyser, durmiendo en refugios de montaña y en hoteles de sal durante tres días, tras los cuales quedo sola nuevamente, duermo en una agencia de tour trancando la puerta con cajas de cerveza y parto de regreso a Chile a las 3.30 am del día jueves.

Y así me encuentro de pronto sentada sobre mi mochila en plena frontera esperando un bus que no llega, entregada a mi buena estrella y a esa fe que a veces se me escapa pero cuando no queda nada siempre se apiada en volver.

AL final, después de 7 horas de espera entre inmigración en Bolivia (Avaroa), en la frontera y en el paso de Ollague en Chile, el bus llegó y a las 23.00 hrs llegué a San Pedro de Atacama nuevamente.

Hoy ya es viernes 20 de febrero y según acabo de oír, en el pueblo hay Carnaval!!

Y ya tengo una deuda menos en mi vida... ya he viajado sola y es fascinante.

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febrero 08, 2009

Al Norte con mi norte en el bolsillo.

Nada que hacer... cuando se pierde, sólo hay que saber decir "Perdí" y ya.

Me quedé en el campo de batalla hasta el final. Me quedé hasta pelarme las rodillas porque mi terquedad de mula y mi absoluta convicción insistían en que esa victoria sería exquisitamente dulce para dos. La decisión no fue igual en ambas partes y ante eso, sólo queda dar las gracias por los buenos momentos y decir adiós con el mejor de los propósitos. Good bye, Darling.


Y así estaba, con mis vacaciones ad portas y ya sin destino dónde ir a parar, cuando aparece como venida de un ángel la oportunidad. Ale ¡¡A Bolivia!! Nos vamos al Carnaval. Creo que tardé exactamente 30 segundos en guardar el itinerario anterior y decir: ¡Voy!... Acepto. Como dijo un amigo "Así, sin pensar, es igual a mi estilo". Y desde ese instante una serie de sucesos inesperados se han comenzado a desarrollar. Esta vida es muy reloca digo yo, está ahí, como esperando para de pronto mover un huracán y en un segundo poner todo el movimiento al revés.


La cosa es que mañana mismo me voy. Otra vez... como antes... como siempre... ese siempre que a veces se queda guardado, latente, esperando que en un nuevo día Yo vuelva a ser simplemente Yo. Y parto casi a tientas, casi a ciegas. Sin un peso en los bolsillos porque harto complicada que anda la cosa monetaria últimamente, pero como solía decir en los años aquellos "Dios proveerá" y les aseguro que provee. Parto hacia el norte con mi propio norte y recuerdo aquel viaje que hicimos con la Flaca, aquel en que de pronto me encontré y veo la diferencia de este nuevo rumbo, que no sólo es en la dirección completamente opuesta, sino que hoy no voy en busca de nada porque hoy absolutamente todo lo llevo yo.


"Disfruta, conoce gente, conoce lugares, haz tonteras, habla estupideces y toma muchas fotos para ver dónde anduviste metida"... Ok, acuso recibo como si fuese una orden. Lo haré y a la vuelta les contaré cada detalle.


Ya ansío recorrer ese desierto. Ya ansío conocer a un par de hadas que me han acompañado y que aún no he logrado abrazar. Ya ansío volver a San Pedro después de 20 años, ya ansío conocer los Geyser y ver el atardecer en el Valle de la Luna. Ya ansío recorrer sola esas calles hechas de historia, ya ansío conocer las tierras altiplánicas, ya ansío cruzar la frontera, ya ansío vivir el famoso Carnaval de Oruro. Ya ansío vivir esta nueva aventura.


Apenas tengo noción de ubicaciones y distancias entre un lugar y otro. El comienzo del viaje lo haré sola, así que en el camino veremos cómo damos un paso y otro más; luego con una amiga y las amigas de la amiga continúa el andar. No tengo idea de cómo reaccionaré esta vez a la altura (por lo menos subiendo cerros me apuno heavy). Tampoco sé cómo lidearemos con el dengue pero llevamos nuestros súperhiper repelentes y ya nos vacunamos contra la fiebre amarilla por si llegamos a la selva boliviana.


He estado mirando algunas imágenes de lo que me espera y la maravilla de cada lugar me da escalofríos.


"Puedes ver las nubes en el cielo o los rayos de luz que pasan entre ellas". Yo hace tiempo hice mi elección.



Nos vemos el 25 de febrero si me pillan al pasar porque como cada año mi verano no puede terminar si no es con los incomparables días en Curanipe.


Hasta la vuelta,
Janis

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