Cambiando de piel
La Maida me lee el tarot y dice que quizás soy yo misma quien se cuenta los cuentos, que son mis propios rumores y prejuicios los que ponen esta pared.
La Maida lee y yo pienso... recuerdo... escarbo en lo que no sé si quiero ver. Escarbo en lo que veo y no sé si quiero cambiar.
Fragmentos de mis historias, fragmentos de este mismo blog, fragmentos de mi vida que decido enfrentar, fragmentos que traigo al presente para dejarlos ir, fragmentos que traigo al presente para dejar de temer, fragmentos que enfrento para recordar a qué temo y qué espero:
Las corazas que nunca servirán pero que son tan difíciles de dejar...
"...me di cuenta que necesitaba mis armaduras, mis corazas, esas que procuro nunca dejar, las busqué rápidamente y salí a divertirme otra vez, había vuelto."
"Siempre es más fácil ser quién se va, supongo que es parte de mis corazas, la verdad es el fundamento de ellas, por eso no quería que estuvieses ahí, esperando por mí, porque es más fácil esperar nada, así los vacíos duelen menos."
Las ilusiones que se desvanecieron...
"Y en ese segundo mis corazas se desvanecieron, sentí que no tenía que protegerme de nada y si lo hubiese necesitado tenía tus brazos, tenía tu mano. Desde ese día me sentí libre y tranquila, cambié cada una de mis armaduras por tus besos, por tu mirada, por tus abrazos, por tu sonrisa y hasta por tu respiración."
"...así fue que me enamoré, sin darme cuenta cómo ni cuándo, sólo me enamoré y dejé que eso pasara."
"Si me hubieses conocido antes sabrías la importancia de lo que fui esos días, tan extraña, tan distinta y tan yo..."
Los temores que quedaron...
"...pero mis corazas las quité y así era inevitable que me volviera herir, ni siquiera fue por ti… o por mí, es que simplemente el hecho de querer cuando no se debe siempre duele, cuando lo supe intenté buscar mis armaduras y ponerlas rápidamente pero ya era demasiado tarde, la herida estaba ahí y aunque las puse sobre ella para no recibir otra estocada, llevaba mucho tiempo sin usarlas y ahora sentía su peso, las odié pero las necesitaba, te odie a ti, a mi."
"Me sentí sola necesitando tu abrazo y te abracé en la distancia porque quise imaginar que pensabas en mí."
"Mirada profunda, un abrazo reponedor y un dulce beso para después volver a distanciarnos"
"Esa noche pude amarte, lo quería, lo sentía, pero me importabas demasiado, te sentía demasiado y ambos sabíamos que al otro día tendría que partir. No hubiese soportado el vacío de no tenerte. No podía amarte porque me estaba enamorando y necesitaría que sostuvieses mi mano el día siguiente, y el siguiente, y el siguiente."
"Me hiciste daño y eso me lastimó, quizás yo tampoco me porté muy bien pero necesitaba protegerme de lo que sentía, necesitaba poner indiferencia porque esto comenzaba a doler y aún era demasiado orgullosa para aceptarlo."
Y aquí se quedan...y aquí se van.
En mi botella dejo mis temores, dejo mis corazas, dejo mis falsas ilusiones.
Ya es hora de terminar con este periodo de cuentos y para ello lanzo al mar de los recuerdos el pasado que aún se obstina en ser presente.
La Maida lee y yo pienso... recuerdo... escarbo en lo que no sé si quiero ver. Escarbo en lo que veo y no sé si quiero cambiar.
Fragmentos de mis historias, fragmentos de este mismo blog, fragmentos de mi vida que decido enfrentar, fragmentos que traigo al presente para dejarlos ir, fragmentos que traigo al presente para dejar de temer, fragmentos que enfrento para recordar a qué temo y qué espero:
Las corazas que nunca servirán pero que son tan difíciles de dejar...
"...me di cuenta que necesitaba mis armaduras, mis corazas, esas que procuro nunca dejar, las busqué rápidamente y salí a divertirme otra vez, había vuelto."
"Siempre es más fácil ser quién se va, supongo que es parte de mis corazas, la verdad es el fundamento de ellas, por eso no quería que estuvieses ahí, esperando por mí, porque es más fácil esperar nada, así los vacíos duelen menos."
Las ilusiones que se desvanecieron...
"Y en ese segundo mis corazas se desvanecieron, sentí que no tenía que protegerme de nada y si lo hubiese necesitado tenía tus brazos, tenía tu mano. Desde ese día me sentí libre y tranquila, cambié cada una de mis armaduras por tus besos, por tu mirada, por tus abrazos, por tu sonrisa y hasta por tu respiración."
"...así fue que me enamoré, sin darme cuenta cómo ni cuándo, sólo me enamoré y dejé que eso pasara."
"Si me hubieses conocido antes sabrías la importancia de lo que fui esos días, tan extraña, tan distinta y tan yo..."
Los temores que quedaron...
"...pero mis corazas las quité y así era inevitable que me volviera herir, ni siquiera fue por ti… o por mí, es que simplemente el hecho de querer cuando no se debe siempre duele, cuando lo supe intenté buscar mis armaduras y ponerlas rápidamente pero ya era demasiado tarde, la herida estaba ahí y aunque las puse sobre ella para no recibir otra estocada, llevaba mucho tiempo sin usarlas y ahora sentía su peso, las odié pero las necesitaba, te odie a ti, a mi."
"Me sentí sola necesitando tu abrazo y te abracé en la distancia porque quise imaginar que pensabas en mí."
"Mirada profunda, un abrazo reponedor y un dulce beso para después volver a distanciarnos"
"Esa noche pude amarte, lo quería, lo sentía, pero me importabas demasiado, te sentía demasiado y ambos sabíamos que al otro día tendría que partir. No hubiese soportado el vacío de no tenerte. No podía amarte porque me estaba enamorando y necesitaría que sostuvieses mi mano el día siguiente, y el siguiente, y el siguiente."
"Me hiciste daño y eso me lastimó, quizás yo tampoco me porté muy bien pero necesitaba protegerme de lo que sentía, necesitaba poner indiferencia porque esto comenzaba a doler y aún era demasiado orgullosa para aceptarlo."
Y aquí se quedan...y aquí se van.
En mi botella dejo mis temores, dejo mis corazas, dejo mis falsas ilusiones.
Ya es hora de terminar con este periodo de cuentos y para ello lanzo al mar de los recuerdos el pasado que aún se obstina en ser presente.