abril 08, 2017

Por la chita...

Sin querer llegué hoy a este baúl guardado. Seis años guardados. Hoy leí y recordé lo que ya ni recordaba. Quise viajar a abrazarme en el tiempo; sin embargo, desde esta lejana perspectiva puedo ver que todo, hoy me ha traído hasta aquí, hasta este punto donde ya no hay deudas ni ese dolor. A este punto donde los cariños se transformaron, donde el dolor se transformó. A este punto de libertad. 

Finalmente, y felizmente, todo me ha traído hasta aquí así como sé que hoy cada momento me lleva a un nuevo lugar, a una nueva forma de vivir. Hoy tengo los brazos abiertos otra vez: Esta vez, gracias a mí misma.

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2011
Sostuve una relación penca. Re-penca... de pocos.

La sostuve tanto tiempo, tan absurdamente...

En mis términos nunca terminé, ni en mi cabeza ni en mi corazón, y los reencuentros, los "te amo", los "quiero estar contigo", los "estoy seguro", los "confía en mí", justificaron el seguir una y otra vez...

Es amarga la sensación de traición, de no tener las bases para confiar. No tener las bases para soltar el cuerpo, la mente y el alma. Es mezquina la sensación de contención, de no poder abrir los brazos, de dar y recibir... y vivir sin tener que evaluar y pensar y observar...
De simplemente no poder respirar... y reír... y vivir!

Y me encuentro contigo... y voy abriendo lentamente las ideas dormidas, el alma, el cuerpo.
Y me encuentro contigo... y te conozco de a pocos y, en la tranquilidad, comienzo a reunir con pocos, mis "más"

Y cuando al fin logro llegar a mi punto inicial, cuando al fin logro mirar mi "atrás", convivir con él y dejarlo en la línea de tiempo que le corresponde. Cuando al fin me logro liberar, cuando al fin logro llegar a mi equilibrio donde los pasos siguientes sólo son "más", el olor a la traición se vuelve a colar entre dos. El olor a desconfianza se vuelve a impregnar en el ambiente, tan conocido ya que no me cabe duda. Los brazos abiertos, vuelven a caer rígidos a mis costados. La vista se queda fija, intentando encontrar un "¿Por qué?"...

Traición... traición... "¿Por qué?"... "¿Por qué te cuelas en mis "más"...?

La vista fija y perdida mirando tu pecho, mis brazos inertes a mis costados, la respiración casi imperceptible.

Tus besos, tus abrazos, tus "no te he engañado"... y yo apenas siento que estoy ahí..."¿Por qué?... ¿Por qué?... Silencio el ruido a mi alrededor, silencio sus palabras, silencio mi cabeza. Sigo inerte y busco la respuesta en mi alma, en esa intuición que el tiempo me ha enseñado que es lo más verídico que tengo. Calmo todo lo que sucede y con tranquilidad busco la respuesta en mí, donde sé que está. 

No, no me he equivocado, hasta el aire a mi alrededor se siente inestable, una energía extra está girando entre nosotros. Me abrazas, me besas, me hablas y en mi silencio, y en mi ausencia, logro percibir la alteración en todo lo que expeles, en todo lo que sale de tí, en tu propia energía turbada.

Ahhh "¿Por qué?...¿Por qué me tienes aquí? ¿Para que me retienes? ¿Para que decides quedarte conmigo?"...

Dejo de confiar. Siento tanta rabia porque me obligas a dejar de confiar...

Las preguntas están en mi cabeza... y mi boca sigue sin decir palabra... mi mirada sigue incrustada en tu pecho, mis brazos aún en los costados...

¿Que hacer?...

Sigues negando, continúas insistiendo en que estemos juntos, sostienes que me he equivocado y yo sólo repondo: "No te creo, pero esperemos. Si tengo razón, lo sabré, si tú la tienes, también lo sabré..."

No estoy para "pocos", nos estoy para dudas, no estoy para fantasmas. Exijo libertad para amar. Atravesé mi propia alma para liberar mi autocondena,  no quiero vivir ahora con una condena ajena. No quiero convivir con el olor a duda ni mucho menos a traición.

Quiero vivir, quiero vivir sin pensar, quiero abrir mi brazos sin temer. Quiero confiar.
Y aquí me encuentro... esperando ver de qué estás hecho...

¿Habrán luces y colores por acá...?

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